Los héroes griegos también se van al Infierno en la Divina Comedia.
Primera parte: El Alto Infierno. (para acceder al Bajo Infierno, hacé click aquí)
“Por mí se va a la ciudad doliente, por mí se va al eterno dolor, por mí se va con la perdida gente. Dejad toda esperanza los que entráis” (Divina Comedia, canto III)
Descubrir la Divina Comedia de Dante Alighieri se asemeja a que nos lleven con los ojos vendados a un lugar desconocido y, al permitirnos ver, encontrarnos con un manantial de agua cristalina que emerge de una montaña. En primer lugar, porque él puede saciar nuestra sed de conocimientos y, en segundo, porque su omnipotencia nos permite admirar una de las obras maestras más destacadas (sino la más) de la literatura universal. Y pensar que la base de ella, la plataforma argumentativa de casi toda la obra proviene de la Mitología Griega, sobretodo el primer texto que la compone, Infierno, el cual está inspirado en el célebre “Hades” o “Inframundo” que los antiguos griegos supieron temer. Pero más allá de que el Hades haya sido fuente inspiradora de su Inferno, Dante ubica en los distintos círculos del mismo a varios de los personajes griegos, legendarios e históricos, según los pecados que el autor considera que cometieron en su vida terrenal. De esta manera, tanto Aquiles, Héctor, Odiseo y Diomedes (entre otros) como Homero, Sócrates, Platón, Aristóteles y Averroes son castigados en el tenebroso infierno que el poeta florentino imaginó, allá por los inicios del siglo XIV.