Ser varón, la masculinidad, está atravesada por un drama fundamental, podríamos decir “estructural”: una parte de los hombres, en mayor o menor medida, en el territorio del amor de pareja, luchan con la siguiente situación: allí donde aman…les cuesta desear; y donde desean, les cuesta amar. A ver: esto es lo que, desde el psicoanálisis se explicita cómo resolver, fusionar, unir, lo tierno -amoroso- con lo erótico (sexualidad, pasión), en una misma mujer. Continuar leyendo
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Diciembre: balances
Diciembre es un mes en donde confluyen muchas cosas: el cansancio acumulado durante al año, las fiestas (siempre algo tensionantes), el cierre o finalización de muchas actividades, la planificación de las vacaciones, las reuniones. Es un mes en donde, en general, no tenemos demasiado tiempo para pensar. Sin embargo, casi naturalmente, todos hacemos algún tipo de balance. La vida es ciclos, como el día y la noche: el tiempo es una convención cultural, pero apropiarnos de él, planificarlo, es un arte necesario.
¿Qué es ser una mujer?
¿Qué es ser una mujer? o ¿qué es el “ser mujer”? Quizá, este recorte de lo que cierta vez me dijo una consultante, nos ayude a entender y responder estas preguntas:
“Mis padres no me dejaban salir casi nada, eran muy castradores, eso hizo que no pueda tener muchas amigas, ni conocer chicos, o tener casi vida social por fuera de la familiar. Durante toda mi niñez y adolescencia las salidas eran ir al colegio y hacer las compras por las tardes y alguna salida a cumpleaños y, una vez por año, alguna matiné. Recuerdo que me pintaba, me súper arreglaba porque, camino al almacén, estaba el chico que me gustaba. Mi fantasía era ser vista por él, resultarle linda, que me diga algo y que -finalmente- me bese y tome en sus brazos. Pero no, volvía y me sentía sola, sin haberlo visto, frustrada; me sacaba el maquillaje medio triste. Siempre me acuerdo de esas escenas, y me deprimo, me doy lástima. Pero bueno, hoy tengo un hombre que me mira con amor y ternura y que, cuando me abraza o besa, me hace sentir única, linda, protegida. ¿Entiende lo que le digo, Gervasio?”.
Las frases hechas, de grandes pensadores o psicoanalistas, también hacen su aporte; pero son los relatos de cada mujer -una mujer es todas las mujeres- (cada hombre es todos los hombres decía J. L. Borges) las que me interesan. ¿Qué desea una mujer? Muchas cosas, al igual que los hombres. Desarrollarse, tener proyectos, estudiar, trabajar; ser buenas y evolucionar en lo que hacen. Las pasiones, los deseos. Pero ser amadas, y tener hijos (algo antropológico, ancestral…empuje biológico de la especie…) esa es la gran búsqueda inconsciente/consciente del alma femenina. De gran parte de las mujeres.
La vida sin proyectos.
Uno de los mayores problemas que se presentan en los consultantes es la falta de proyectos. Por sobre todo en gente joven que, muy precozmente, va perdiendo el rumbo y no saben para dónde ir, o de dónde vienen; sienten que han perdido el tiempo, entienden que están empantanados, pero no hay dirección, no hay proyectos: les falta ese anhelo que empuja hacia adelante y entonces, lo que aparece, es la depresión, el vacío, y toda una florida serie de síntomas psicopatológicos. La vida, de esta manera, se transforma en ir al trabajo, volver a casa, TV o series hasta la ceguera, salida con amigos; algunos pueden ocuparse de los suyos en el caso de que haya familia, pero el asunto es que pasan los días, los meses y no hay cambios…y la vida va perdiendo su sustancia vital. Continuar leyendo
¿Qué es la depresión? Un mal de nuestra época.
De entrada les digo que no se puede hablar de “la depresión” sino de “las depresiones” y que, dentro de ellas, hay diferentes grados de intensidad.
La depresión se está trasformando en un verdadero flagelo social: la vida moderna, los tiempos actuales que no nos permiten conectarnos con las tristezas en la vida cotidiana, van empujando a la gente a armar estados depresivos de todo tipo. Realmente es un problema en el mundo del trabajo, en millones de familias…el asunto está aumentando alarmantemende. Si les parece, vamos por los criterios generales. Entonces: el deprimido es un sujeto frustrado libidinalmente. ¿Qué quiero decir con esto? La persona comienza a acumular toda un serie de “fracasos”, de pérdidas, de frustraciones (que pueden ser cosas objetivamente dolorosas para todo el mundo, o simplemente nimiedades, pero que – para una persona muy frágil – pueden ser una gran amenaza para su mundo emocional); su libido, sus intereses y anhelos, van hacia el mundo en busca de satisfacerse pero se frustran, no logran esa satisfacción. “Estoy deprimida”, me dijo ayer una chica en su primera sesión: su novio, al que ella quiere mucho, la había dejado. Ese caudal libidinal queda frustrado, de golpe, entonces aparece el enorme vacío, ya no tiene al otro que le garantizaba placer y amor; quiere a su novio, pero ya no lo tiene. Otra me decía “me echaron del trabajo” qué frustración. “No sé qué hacer con mi vida, nada me satisface, nada me enciende”, acumulación de libido no colocada en el mundo. Continuar leyendo
¿Cómo elegir una buena pareja? Casi un arte.
Hace unos años, se hizo una encuesta mundial a gente de más de 80 años. A esa edad las personas, en general, suelen tener un claro balance de lo que ha sido su vida, lo bueno y lo malo, los errores y aciertos cometidos… es un momento muy particular. Por supuesto que a esa altura, aún puede haber proyectos ¿por qué no? pero es verdad que también, los años -el camino recorrido y la proximidad de la muerte- hace que la gente haga ciertos balances de lo que ha sido su existencia. Es decir: se mira un poco más el pasado que el futuro, es algo natural y no tiene por qué ser algo tremendo, depende. ¿De qué depende? De eso quiero hablar.
Las preguntas fundamentales de esa encuesta eran las siguientes: ¿de qué se arrepiente? ¿Qué cambiaría de su pasado? ¿Le hubiese gustado que algunas cosas hayan sido diferentes? Casi nadie habló de cosas materiales. Pocos hablaron de sus hijos o de algo referido a ese tipo de vínculo. En raros casos también se mencionaron cuestiones del mundo vocacional o del trabajo. La gran mayoría respondió sobre asuntos, en definitiva, asociados al amor de pareja y a la sexualidad ¿interesante no? Continuar leyendo
Lo que cura…es la vida (los psicólogos acompañamos)
Somos nuestras experiencias y lo que logramos aprender de ellas.
La vez pasada un consultante decía sentirse empantanado, que consideraba que no estaba mejorando pese a su año y pico de tratamiento; que sí me reconocía haber dejado de ser “un vampiro” -se había instalado como cosa cómica que él había llegado totalmente vampirizado- y que se estaba planteando dejar de venir, estaba enojado conmigo, muy. Estoy hablando de una persona con una enorme complejidad de síntomas obsesivos, muy limitantes para su vida. De alguna manera, el culpable de su mal estar…era yo. Durante ese año, mi objetivo fundamental era que el muchacho salga de su casa – y de la oscuridad- y que se instale en el mundo del trabajo. Para él eso no era central ni era su motivo de consulta. Algunos de ustedes pueden pensar que lo que hice fue demasiado directivo. Sí, lo fue. Yo estaba convencido de que el laburo, y todo lo que circula en ese mundo, para este caso (quizá no para otro) era el primer paso, y la verdad que no me moví mucho de ahí hasta que empezó a trabajar, con resultado muy positivo para él. Continuar leyendo