Y se nos plantó adelante.
Y se levantó de su asiento de piloto.
Y esperó que todos lo miráramos a los ojos.
Y nos lanzó su veredicto sin margen de debate. “Yo me juego por ustedes, para que lleguen temprano, y me responden así?”
Y cerró su alegato. “Así no va. Si no les gusta cómo manejo, me lo dicen de frente. No me mandan en cana con los dueños, llamando a la tarde para botonear!”