Por: Adriana Lara
PROYECTO PIBE LECTOR es un blog de FICCIÓN. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.
35. Juegos de estrategia
Mientras se van conectando los jugadores, ninguno deja de notar que esa partida va a ser espectacular.
Apareció el padre de Ruiz, está parado como un Jefe en la puerta de la dirección.
Nadie dijo quién era, pero la cara lo delata: el pibe es igualito a su progenitor, son dos gotas de agua.
El juego tiene dimensiones simultáneas, a los que se puede acceder conociendo una clave secreta que sólo conocen los de rango experto o diamond. Cuando llegaste al nivel 6, que es el final, ya te movés en las dos dimensiones simultáneamente, por más papariola que hayas resultado jugando.
En la Dimensión Superficial de la escuela, no pasa nada que llame la atención: las auxiliares caminan llevando sus bandejas con tarta de jamón y queso hacia las aulas, los profesores entran, lapicera en mano, a firmar el libro de asistencia, salen, los alumnos que llegaron tarde corretean cuadernito de comunicaciones en mano, hacia sus salones.
En la Dimensión Profunda, en este momento, está sucediendo lo más interesante. ¡El padre de Ruiz! ¡Apareció el hombre, finalmente! ¿Vos viste lo parecido que es al pibe? ¿O el pibe a él? ¿Perolatti no había dicho que Ruiz era adoptado? El rumor recorre paredes y pisos, sube y baja por la escalera, se mete por las hendijas de las puertas, va y viene a la velocidad de la luz. Los jugadores entran en modo expectante y la tensión del momento hace que hasta la tarta de jamón y queso pase desapercibida.
Es necesario un vigía. Mary se pone en acción. Todavía no terminó de cerrarse la puerta, todavía el señor Ruiz no apoyó su trasero en el banco (que le parecerá muy incómodo y desagradablemente manchado), cuando en la Dimensión Profunda los jugadores pasan de modo expectante a diferentes estados, según sus personalidades y gustos, para prepararse para la eventual batalla. No por nada es un juego de estrategia: hay quienes adoptan la posición defensiva, pero todos despliegan su arsenal para elegir las armas adecuadas. ¡El padre de Ruiz! No es moco de pavo la situación: todos saben que Ruiz es un jugador hardcore .
Durante la primera hora de clase los chicos se preparan, tranquilos. Todo se desencadena cuando sucede el imprevisto: eso de las sorpresas es lo que hace el juego tan interesante. Suena el timbre y aparece silbando bajito, auriculares, capucha, visera … ¡Ruiz!, que llega tarde, como siempre.
_ Boludo, está tu viejo en dirección- le dice el Cebolla, su compañero de banco.
_ Ya sé.
_ Boludoooo, está tu viejo, te dije. ¿Qué te pasa que no entendés? ¡Se va a enterar!
_ Ya le dije.
Silencio.
Los jugadores no esperaban la movida de Ruiz, que evidentemente está más despierto de lo que parece con todas esas capas de tela puestas sobre la cabeza y quedan desconcertados. Ruiz instantáneamente evoluciona tres niveles y su Karma Cósmico se incrementa. Asesta el golpe:
_ Ahora los van a llamar a ustedes, por giles.
La Dimensión Profunda se mezcla con la Superficial y el Cebolla agarra del cogote a Ruiz, lo tira al suelo y empieza a romperle la cara a trompadas. Los demás jugadores retroceden, buscando guaridas que les permitan contemplar la batalla y filmarla con sus celulares. La pobre profesora de Química, que ya tiene un hueso de la muñeca que se le sale solo por andar separando contrincantes, sale corriendo hacia el pasillo utilizando su potente poder de la súper-voz, que ensordece a los luchadores y pone en alarma a los integrantes de los otros salones. Cinco profesores corren hacia el aula ahora, junto a la vigía Mary y a la preceptora Silvana, quien es finalmente la que logra levantar de la capucha a Ruiz y sacarlo de abajo de la lluvia de puñetazos que lo han convertido en una masa deformada parecida a Ruiz, pero en modo inframundo.
_ Después vamos a hablar con vos, Ruiz. Una atrás de la otra, no se puede creer lo mal que te estás portando este año. Vos, vos y el Otro Ruiz, a dirección.
Se oye claramente el trac-trac del desfile de armas. Cetro de hielo, Nova 6, Carabina R 4, Arma Thunder. Hay que elegir rápido qué llevar.
_ Ruiz, andá a lavarte la cara y venís también. Tu papá está con la directora.
_ Ya sé. Le conté todo.
Otra vez; a pesar de que ya la frase está usada, sigue siendo efectiva. Silvana queda con la boca abierta y los demás se agarran la cabeza. Perolatti pone cara de entendido y prepara su contraataque. Perolatti es un troll. Qué jugador resultó este Ruiz, qué jugador. Toda la ira kármica que rodeaba a la preceptora representada por una nube roja desaparece, se torna blanca y suave, con puntitos brillantes, y Ruiz recibe la tímida caricia en la cabeza y las palabras dulcificadas.
_ Bien, pibe. No esperaba otra cosa de vos. Ahora lavate la cara y vení con nosotros.
Las clases continúan, excepto en el aula donde estaba en vivo la partida, porque la profesora de Química después de la pelea vivida se pone en modo hibernación hasta que suena el timbre del recreo. En la Dimensión Profunda los chasquis encuentran modos creativos e innovadores y circula toda clase de información, absolutamente falsa, sobre lo que está sucediendo dentro de dirección. Los grupos de wasap están que arden, especialmente a causa de Perolatti, que tiene una facilidad para inventar historias que desconcierta a jugadores amigos y enemigos:
. Ruiz le contó al viejo que el Cebolla anda con la novia mientras está en el laburo.
. ¿Con la novia de Ruiz grande, de Ruiz chico o del Otro Ruiz?
. El Cebolla anda con la que vendría a ser la madrastra de Ruiz, boludo, el grande.
. ¿¡¡¡¡¿¿¿¿?????!!!
. Ruiz le dijo eso el viejo anoche, porque no se la banca a la minita.
. ¿Qué minita?
. A la madrastra.
. ¿Pero el Cebolla se está comiendo a una vieja? ¿No es que anda con la pibita esa de 2do que tiene los pelos teñidos de rosa?
. No, esa anda con Ruiz.
. ¿CON QUÉ RUIZ?
. Con el chico, con el que se sienta al lado del Cebolla.
Los jugadores entran en modo caos. Perolatti va ganando, es indiscutible. El chico se siente en las nubes, escucha “Perolatti win, flawless victory” por todos lados, Suena el timbre, salen desesperados al recreo (la más desesperada en salir es la profesora de Química, pero nadie lo nota). Se agolpan en la puerta de la dirección y un nivel diamond, revestido con la coraza de hielo ganada después de más de un año de acumular puntaje y sacrificio, se anima a golpear esgrimiendo un pretexto que sabe de antemano inútil.
_ Pude ver apenitas, pero algo vi. Ruiz hijo está sentado con la capucha puesta.
Perolatti, que se siente imbatible, finge una gran agitación y declara:
_ Me escapé y espié desde afuera, por la ventana abierta. El Cebolla está llorando.
“El Cebolla está llorando en dirección”. Arde el wasap, el facebook, circulan instantáneamente fotos del Cebolla con lágrimas dibujadas con el paint, que le gusta a una que se hace la artista del photoshop y sigue usando esa antigüedad. Recién cuando termina la cuarta hora, cuando ya pasaron tantas cosas que todos se olvidaron de Ruiz, del padre, del Cebolla y del juego, se abre la puerta.
Con paso cansino, Ruiz hijo toma su mochila, le da un beso a la profesora de Matemáticas (que es su preferida y lo mira angustiada) y se va de la escuela junto a su padre. El Cebolla está lo más pancho, pero le agarra una especie de ataque cuando mira la pantalla de la netbook cargada de la información ilustrada que lo puso como protagonista en el juego de esa tarde.
_ ¡¡¡La recontra recontra calcadísima recontra hijos de mil!!!- grita, mientras reparte patadas y trompadas y vuelan carpetas, lapiceras y carcajadas. La profesora de Matemáticas, que no es como la de Química y sabe jugar muy bien, simula un pico de presión y la escuela entera vuelve a la Dimensión Superficial. Retorna la calma.
_ Mañana, si no venís con tu papá no entrás.
La voz de Silvana resuena por los pasillos de la escuela, restaurando el orden cósmico. Nadie sabe qué sería de la escuela sin Silvana.
¿Cómo será el padre del Cebolla?, se preguntan los jugadores, mientras se alejan, ya en la calle, comentando la partida en pausa. Perolatti es el único que no habla, porque va hablando consigo mismo. Está inventando ya la historia que desparramará el día siguiente y, que espera, le hará ganar la partida a fin de año. Entre el arsenal de armas está el falso rumor, pero los tontos prefieren los fusiles y las ballestas, desconociendo un poder que está a la vista de todos.
_ Che, Perolatti, ¿vos sabés por qué se le sale el hueso de la muñeca a la profe de Química?
_ Sí, pero no le cuentes a nadie. Se le sale el hueso porque la operaron cuando era chiquita para sacarle una hermana siamesa que tenía pegada justo ahí y la hermana no sobrevivió a la operación. El brazo le quedó bastante bien, ni se nota, pero cada vez que ella lo mira dicen que puede ver la cara de su hermana muerta, le agarran ataques y se golpea ella misma contra las paredes. Masoquista, quién lo diría. Salió en los diarios. No hay que recordarle el episodio porque es muy triste.
_ Vos sí que sos raro, Perolatti.
No hay dudas. Muchos sospechan acerca de sus historias, pero todos lo escuchan, lo leen atentamente y se lo bancan: ni el Cebolla le pegaría a Perolatti. Los jugadores así hacen el juego más entretenido: el objetivo es sólo vencer el aburrimiento. Son valiosos, siempre encuentran una ventana abierta a lo desconocido; son los que saben abrir la puerta para ir a jugar.
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