Por: Daniela Escribano
Llega el calor, llega el período estival, llega la fuga de “artistas” a los principales centros turísticos y, por ende, llega también la televisión de verano. Año tras año, la misma historia, casi los mismos programas, las mismas notas, los mismos escándalos y los mismos clichés.
Puede que haya espectadores sedientos de esta televisión más light, más ligera de ropas, con más paisajes que contenido, con las mismas “figuritas” pululando por todos los ciclos y la ausencia de los grandes divos, aunque por lo general, si de elegir se trata, los más optan por la otra tele, la del ciclo lectivo, la de los programas más importantes, la que se puede ver siempre que no sea verano.
Como ya es acostumbre en este espacio, a continuación alistaré una serie de recursos, imágenes y escenas que se repiten temporada tras temporada y, por lo menos yo, no soporto.
*Las notas con médicos que brindan consejos para cuidarse del sol, describiendo las inconveniencias de exponerse en determinados horarios. Ya lo sabemos, ya los escuchamos hasta el hartazgo.
*Las notas con agentes inmobiliarios para hablar sobre la merma o suba de alquileres en la costa y demás sitios turísticos. No se preocupen, los padecemos.
*Las notas sobre los robos en vacaciones. Pasa todo el año, pero señalarlo en tiempo de calor y fuera de casa, parecería ser más pintoresco.
*Las notas sobre las altas temperaturas en verano y cómo hacen los porteños para combatir el calor
*Las notas que seleccionan “las mejores colas del verano”
*Las notas sobre las actividades que más se eligen en la playa. Aerobics, caminatas, paleta y tejo; ¿qué puede variar de un año a otro?
*Que se se reponga “Policías en acción” sólo para mostrar la violencia concentra en las noches de vacaciones. El programa no es malo, pero no está bueno ver tanto golpe, insultos, sangre y borracheras desmedidas.
*Que se exacerben las repeticiones de ciclos tales como “Poné a Francella” o “Casados con hijos”. Encima este año, se suma a este tándem, “Mi cuñado”. ¿Y si hacemos algo nuevo?
*Los móviles desde Mar del Plata y Carlos Paz en febrero; en diciembre y en enero, todavía es novedad ver a los “artistas” en otros ecosistemas, pero pasado este período, se repiten y se repiten y todo se vuelve redundante.
*Las notas sobre la “guerra de taquillas” entre los distintos elencos teatrales. Existen datos oficiales que dan por tierra todo tipo de “dime y direte”, así que para qué, ¿no?
*Las peleas entre integrantes de una misma compañía teatral, o de una contra otra, etc. Sólo sirven para promocionar espectáculos poco concurridos e iluminar a ignotas vedettes, pero de divertir, ni hablar.
*Las renuncias o despidos de los contratados de distintos programas televisivos u obras de teatro.
*Que los balances de lo ocurrido el año anterior se extiendan tanto; la vida continúa, así que basta de voltear la vista para atrás.
*Las películas “más viejas que la luna” que programan para tapar los baches que quedaron tras la salida de ciertos programas diarios y unitarios.
*La reposición de series muy añejas (como “El Superagente” o “La Pantera Rosa”) y no tanto (“Lost”, por ejemplo), que después sacan del aire de un sopetón, sin siquiera pensar en los pocos televidentes que las están siguiendo.
*Que el verano sea una especie de transición, una temporada que hay que atravesar lo más rápido posible hasta que llegue la época de encendido fuerte; ¿y la gente que no sale de vacaciones?
*La poca atención que se le presta a los festivales musicales ; son un buen plan para acompañar las noches de verano, pero salvo Canal Siete, el resto de los canales ignoran estos eventos.
Por el momento, cierro la lista acá; ¿me ayudás a alargarla? ¡Feliz 2013!