Las redes sociales: ¿amigas o enemigas de la TV?

#RespiroTV

A menudo se habla de “lado B” para referir a opuestos, contracaras, lados oscuros, historias ocultadas, a “la oveja negra” de la familia en la que el buen alumno vendría a ser el “lado A”.

No obstante, es “B” o “A” según la perspectiva; “A” para los que quieren saber más o antes y “B” para los que desean conservar la sorpresa y jugar con la intriga. “B” para los productores que ven “pinchado su globo” y “A” para los seguidores que lo quieren saber todo con anticipación.

Hablo de tele y de redes sociales. Aunque en realidad hablo de la tele y su relación con las redes sociales. O de las redes sociales y su interacción con la TV. Desde que se concretó el matrimonio, la convivencia entre ambas tuvo grandes momentos, fundamentalmente porque Facebook y más que nada Twitter, con la invasión de cuentas de famosos, nutrieron de información, primicias, peleas, rumores, intercambios y catarsis la pantalla chica.

Sin embargo, como en todo enamoramiento, en esta relación íntima también se provocaron y se provocan crisis.

El primer obstáculo lo tuvo que atravesar Marcelo Tinelli cuando le tocó blanquear las grabaciones (presentadas como “falsos vivo”) de “ShowMatch” por culpa de los veredictos anticipados que se filtraban en las redes sociales.

Pronto “el flagelo” fue convertido en beneficio a través del siguiente planteo: “ya que se saben cosas de antemano, que se sepa más”. Y si bien se tomó la decisión de que las definiciones se hicieran en vivo, por medio de “Este es el show” se comenzó a anunciar todo lo que se vería por la noche. Se cambió sorpresa por intriga.

El día que debutaba “Periodismo para todos”, Fernanda Iglesias, columnista de Lanata en radio, tuiteó: “Iliana Calabró y Karina Jelinek están en su mundo. Dentro de unas horas sus maridos serán prendidos fuego”. Lo que pasó luego es hartamente conocido, pero un mensaje como el citado: ¿sirve o perjudica?

Contextualiza, claro. Intriga, demasiado. Rompe con la incertidumbre, puede ser. Ayuda, puede que sí, puede que no, convendría debatirlo.

A mí, por ejemplo, me llevó a querer saber, a mirar el reloj, a esperar el inicio del programa.

¿Ocurre lo mismo cuando se dan a conocer fotos de los programas que aún no salieron al aire o de las escenas que todavía no se vieron? Rompen con la magia, seguro. Te dan ganas de ver más, seguro también.

Y si a través de las redes nos enteramos que Eugenia “La China” Suárez está embarazada y que, por ende, Julieta, su personaje en “Solamente vos”, antes de emitir su primera palabra en la tira ya tiene el futuro escrito y, en consecuencia, estará “en cinta” en el programa, no sin antes conocer y concretar con alguien; ¿está buena tal previsibilidad?

Otra que “las líneas de la mano”, pero por medio de twitter.

Sin ir más lejos, los mismos productores, actores, directores, colaboradores, etc, tal vez adrede, quizás sin querer, terminan por nutrir de contenidos la TV a través de la publicación, sobre todo de imágenes, que nos permiten ver, por ejemplo, cómo será el look de Wanda Nara y toda su familia antes de que Susana Giménez los presente en su living.

Otra vez: ¿y la sorpresa?

Antes de que El Trece pusiera al aire la primera promo de “Farsantes”, ya por las redes pululaban varias fotos tomadas por fanáticos en las que se veía a Griselda Siciliani y Facundo Arana, con sus looks, la composición de sus personajes y la interacción entre ellos que, por lo que se sabe, terminarán siendo pareja en esta nueva apuesta de Pol-ka.

La última “infidencia” llegó vía Mar del Plata con las primeras dos supuestas eliminadas de “Celebrity Splash”, un programa que aún no vio la luz en Telefe, pero del que, a priori, ya se conoce quienes quedaron afuera antes de haberse mostrado adentro.

En este caso, “B” para la producción y “A” para el público, que asume la personalidad de un detective que sabe más de lo que debería saber. Aunque volviendo a la idea inicial, nada es tan negro y nada tan blanco, nada es tan “A” y nada es tan “B” y lo que para uno puede ser “A”, para los otros puede ser “B”.

La discusión está abierta; ¿conviene saber más de un programa antes de que sea? ¿es provechoso o perjudicial anticipar? ¿Sorprendernos o intrigarnos?

Es sabido, está súper analizado, re contra dicho y ya es un viva voz: las redes fogonean la tele y, en algunos casos, le inyectan magia. Lo que sucede en los otros casos, en los “B”, aún se puede seguir discutiendo; ¿hasta que punto sirven? ¿hasta qué punto perjudican?