Por: Daniela Escribano
Tiene un “corazón valiente”. No se arrepiente de este amor. Le dice a él “que fue” y, acto seguido, siente que se le ha perdido un corazón. Podría ser Gilda, una de las cantantes tropicales más populares de nuestro país. La que se fue muy pronto. La que se hizo conocida después de irse. La que se transformó en una “santa”. Podría ser Gilda, pero es Natalia Oreiro. En “Muñeca Brava”, en “Sos mi vida” y también en “Solamente vos”.
Quizás porque en su fuero íntimo “la Oreiro” la admira. Tal vez porque su registro de voz queda bien en el repertorio de Gilda, o porque cuando se decide introducir música en las ficciones que ella protagoniza en TV, se piensa en una figura popular, con canciones “que sepamos todos” y que en algo (no sabríamos decir en qué) se parece a la madre de Merlín Atahualpa.
Lo cierto es que en los últimos trabajos televisivos de Oreiro, siempre que hay acordes que empiezan a sonar y muchas ganas de bailar, “la rocola” se clava en Gilda y la protagonista, en una suerte de karaoke, entona una y otra canción de Miriam Alejandra Bianchi, Gilda, para la platea y la popular, una joven cantante que falleció trágicamente a los 34 años en una ruta y saltó a la fama cuando ya no estaba.
“Mili” se mimetizaba con ella, su música, su imagen y su vincha de flores en “Muñeca brava”. Aquella Oreiro que personificaba a “La Cholito” y enamoraba al personaje de Facundo Arana, era fanática de Gilda, se reconocía devota, y además de cantar sus temas en la bailanta a la que concurría con sus amigas y un peinado y una ropa distinta a la que lucía “de día”, sintió que tocaba el cielo con las manos cuando pudo llegar a su santuario, enclavado en el mismo lugar en el que se accidentó aquel 7 de septiembre de 1996.
Y como en algunos casos la vida es más elección que casualidad, cuando volvió a la tele para repetir su dupla con Arana, eligió cantar la cortina musical de “Sos mi vida” y ¿tema de quién? Respuesta obvia: de Gilda.
De esta manera, noche tras noche, una versión remixada de “Corazón valiente” marcaba el inicio de una de las ficciones más exitosas de Pol-ka con la voz de Natalia Oreiro que, una vez más, elegía hacer cuerpo uno de los grandes éxitos de aquella mujer que un día dejó de ser maestra jardinera para componer canciones de amor.
Y en el presente, como si ya fuera una cábala, un amuleto de la suerte, un pacto “entre el cielo y la tierra” (tal cual el título de una canción de Gilda) Naty Oreiro vuelve a repasar su repertorio en “Solamente vos”.
Probando suerte como nueva figura de la música, “patrocinada” por la discográfica de Félix y cia, ya seduce a la tribuna con su propia versión de “No me arrepiento de este amor”, mientras Juan (Adrián Suar) la mira obnubilado abajo del escenario.
De algún modo, cada vez que Oreiro asoma por la pantalla, en versión futbolista, mucama, boxeadora o peluquera, siempre termina cantando, no cualquier cosa, sino “de corazón a corazón”, “pasito a pasito”.
Tal vez cuando Gilda dijo y cantó “No es mi despedida”, no estaba tan errada. No sólo porque su música nunca dejó de sonar, sino porque cada vez que aparece Oreiro en TV, revive, ella, su música, sus hits, su espíritu, todo.
No por nada aquel día en que Toti Giménez, último marido de Gilda, soñó y comenzó a planear su película homenaje, no dudó un segundo en elegir a la actriz que la personificaría: Natalia Oreiro. El proyecto quedó trunco, sin embargo Oreiro, cada vez que está en televisión, le rinde homenaje con su voz.