Por: Daniela Escribano
Ayer comenzó una nueva historia en “Los vecinos en guerra”, la ficción que emite Telefe y que produce Underground, la empresa de Sebastián Ortega. Comenzó una nueva historia afuera porque murió asesinado Alex Mayorga (Mike Amigorena) y comenzó una nueva historia adentro porque hubo necesidad de cambiar para crecer; crecer en números, en popularidad, en el dicho y en el hecho.
Pero este volantazo en medio de una ficción con varios meses en el aire no es novedad en la factoría Ortega & Culell. Ya pasó en “Botineras” y en “Un año para recordar”, con mejores resultados en la primera vuelta, que en la segunda.
Si hay algo para destacar en estos cambios de ruta que se animan a enfrentar es la valentía, la reescritura en medio de la tormenta, la vuelta de tuerca y el gran trabajo que hace el “colorista” de los cuentos; ¿quién es el colorista? El que, con pincel en mano, comienza a oscurecer “cuadros” hasta entonces claros.
Con la ficción protagonizada por Nicolás Cabré, Romina Gaetani, Florencia Peña y Damián De Santo, pasó así. La historia largó como una comedia colorida, romántica y con algunas pinceladas de grotesco. Una convivencia entre el mundo del fútbol y el de las botineras, mujeres en busca de la guita fácil, el compromiso y la estadía en el exterior, que tan en boga estaba en ese momento.
Peña interpretaba a Gisele, la “madama de las botineras”. Rubia, estereotipada, con mucho animal print y brillantina. Siempre arriba, siempre rozando la comparación con Moni Argento. Sin embargo, el público no la compró, ni a ella, ni al guión en su totalidad y poco a poco los números se pusieron en rojo.
Lejos de amedrentarse, la productora y el canal resetearon la máquina, el “colorista” cubrió de gris/negro la obra y “Botineras” se relanzó como policial, y así hubo personajes que se oscurecieron con la trama y se convirtieron en los preferidos del público, entre ellos, el de Florencia Peña.
No obstante “Flor”, a pesar del éxito que generó esta variante, decidió que su contrato estaba vencido antes de vencer y que ella había firmado para hacer comedia y no quería hacer drama. Entonces se fue, pero dejó un gran legado: la muerte de Gisele. Su homicidio se convirtió en el leitmotive de la historia que continuó en la pantalla, en la incógnita más indagada, en el misterio más agotador, en el gancho más preciso para atrapar al televidente hasta el final.
En ese momento Underground se animó, cambió y ganó…
Sin embargo, no todas las veces las alteraciones arrojan resultados positivos y una muestra de ello es lo que sucedió con “Un año para recordar”. Desde el inicio, se presentó como “desinflado”; sí, es el término más correcto. Quizás una historia demasiado fantástica para la idiosincrasia local. Tal vez demasiado naif. Entonces, cuando los números volvieron a escasear, volvió a instalarse la necesidad de hacer modificaciones.
Como en “Botineras”, también acá fue necesario acudir a un tercero en discordia, y también como en ese momento, apareció en escena Pablo Rago. Del mismo modo, se pensó en volver más malo al villano de la historia y ahí se encontraba nuevamente esperando para ponerse el traje negro, Gonzalo Valenzuela.
Decían los productores que la intención era seducir a un “público nuevo”, pero no pudo ser. Se intentó, y en eso hay que darle la derecha a Underground una vez más porque, lejos de resignarse, la pelean hasta el final.
Los pasteles se oscurecieron, los claros se convirtieron en sombras, hubo viajes en el tiempo y hasta un intento de suicidio (de Mariano, el personaje de Valenzuela) pero el televidente no se sintió seducido.
En el medio, fue todo risas con “Graduados” y su fenomenal éxito. La historia comenzó y terminó”angelada” . No hubo nada que cambiar y discutir porque todo marchó viento en popa.
Pero ahora “Los vecinos en guerra” vuelven a ponerlos en situación de cambio y ayer se volvió a empezar.
Como si el asesinato de uno de los protagonistas fuera un arma de buen filo, otra vez, como en su momento con Gisele, se recurrió al mismo quiebre: falleció Alex Mayorga y su muerte se convertirá en el sostén del nuevo escenario.
Se desconoce a ciencia cierta si la salida de Mike fue acordada en una primera instancia, o si el ex “Los exitosos Pells” decidió bajarse porque ya su rol no lo convencía o no quería subirse al ring a pelear. Lo cierto es que, lejos de buscarle una salida azarosa y acelerada, se determinó que nuevamente una partida iba a servir y mucho: “la sangre derramada no será en vano”.
¿Quién mató a Gisele? fue en “Botineras” y ¿quién mató a Alex? será ahora. Claro está que ayer “Los vecinos en guerra” perdieron a una de sus piezas principales, pero si por esas casualidades la misma varita mágica que tocó a la ficción de Cabré llega a rozar el barrio privado, habrá mucho para decir, contar y festejar, aunque el panorama se vislumbra complicado.
Una vez más hubo gran trabajo para el “colorista”. Oscurecer historias no es fácil, ni cosa de todo los días, pero Underground ya está entrenado en esta materia.
Mientras haya misterio, hay tela para cortar y vida para vivir y hacer vivir…