Por: Luciano Tourn
Management is the organ of institutions, the organ that converts a mob into an organization, and human efforts into performance.
- Peter Drucker
En un país con pocas empresas que sirven como modelo de gestión (las que lo son prefieren el bajo perfil), y donde el estado contrata miles de empleados cuya productividad luego no administra, estoy convencido que la palabra management está muy desvalorizada.
Al hablar de progreso económico de las naciones se suelen citar las mismas causas: innovación tecnológica, mejoras en acceso y calidad de la educación, explotación de recursos naturales, localización geográfica. La calidad del management nunca entra en la ecuación y yo creo que es un gran error.
Drucker sostenía que la General Motors de Alfred Sloan fue una creación más importante que el motor de combustión interna, y que los hospitales generaron un avance médico de mayor impacto que cualquier nuevo fármaco. Es un insight vital. Un invento tecnológico sin dudas es un avance, pero para el progreso sostenido los países necesitan crear organizaciones de excelencia. Y tales organizaciones no son sino el resultado de un management visionario y con capacidad para alinear decenas/cientos/miles de personas para que las cosas pasen.
Creo que quienes hacemos del management nuesto oficio no participamos lo suficiente en el campo de las ideas para destacar su valor. Y es muy necesario porque sino se la considera una disciplina de segundo nivel. Decir que alguien “sólo administra” es muy propio de nuestra cultura. Pienso todo lo contrario: necesitamos no sólo grandes administradores (CEOs a quienes imitar) sino también que todos sepamos un poco más de gestión. Porque el management efectivo se aprende, y si la mayoría de las carreras incorporara al menos sus nociones básicas tendríamos organizaciones más sanas, colaborativas, y exitosas. No veríamos tantos proyectos interesantes que se quedan en las ganas.
La mala praxis organizacional quizás sea nuestra mayor barrera para crecer como país. No me refiero sólo a empresas, sino a clubes (la AFA te suena?), universidades y cualquier otra entidad de la sociedad civil.