Por: Juan Chiramberro
El 26 de enero de 1950, luego de la independencia proclamada tres años antes, la India se convertía en República. El 14 de febrero, en el marco de la Guerra Fría, Iósif Stalin firmaba un documento en el que se pactaba una relación de amistad entre la Unión Soviética y China, representada por Mao Zedong. El 16 de ese mismo febrero, Lanús descendía por vez primera a la segunda división del fútbol argentino. Ray Bradbury publicaba por esos tiempos “Crónicas Marcianas”, y, el 16 de julio, en Río de Janeiro, la selección uruguaya, con goles de Schiaffino y Ghiggia, se imponía frente a Brasil en la final de la Copa del Mundo, hecho que fuera bautizado como “El Maracanazo”. El 21 de enero fallecía, en Londres, George Orwell, autor, entre otras cosas, de “1984”. El 23 de Enero, en la ciudad de Buenos Aires, nacía Luis Alberto Spinetta.
Fue revoltoso ese comienzo de la segunda mitad del Siglo de las guerras y las incertidumbres, contexto que abrazó la llegada de, tal vez, uno de los más trascendentes y gigantes hombre de la poesía nacional. El rock argentino fue inventado por tipos de su talla, personas que pusieron a disposición del arte todo su genio. He ahí, en medio de toda esa convulsión, que el motor de Almendra lograra desde temprano un especial reconocimiento de propios y ajenos a nivel mundial.
No hace mucho, recién en diciembre pasado, se aprobó en el Senado el proyecto que impulsó la idea de designar la fecha del nacimiento de Spinetta como el Día Nacional del Músico. Será, entonces, este viernes 23 de enero, la primera conmemoración de este tipo. Desde las 18 horas, un grupo de bandas estarán homenajeando al líder de Pescado Rabioso en el Centro Cultural Islas Malvinas (ubicado en 19 y 51, La Plata), jornada en la que, además, se aprovechará para dar cierre a una muestra fotográfica dedicada a Skay Bellinson.
Por otro lado, en La Plata, se sigue buscando a Joaquín.
