Un día entero sin crímenes en Nueva York

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Por primera vez desde que hay registros, los habitantes de Nueva York celebran que la ciudad vivió un día entero completamente libre de crímenes violentos.

Algo notable en una ciudad que algunos -en su imaginario y con la ayuda de las series de televisión- relacionan con abnegados policías persiguiendo a criminales por callejones oscuros y barrios peligrosos.

En Nueva York la criminalidad está disminuyendo: la ciudad va camino de cerrar el año con el número de homicidios más bajo en décadas.

En Números

Hasta ahora murieron asesinadas 366 personas, frente a las 472 que se registraron en el año 2011. El récord de homicidios en la Gran Manzana quedó establecido en 1990, con 2.245 casos.

Los asesinatos bajaron 23% en comparación con el año pasado, lo que representa el punto más bajo en los últimos 50 años.

Algunos expertos dicen que el bajo número de homicidios es inusual para una ciudad como Nueva York, de ocho millones de habitantes. La comparan con Chicago, que lleva 462 asesinatos este año, a pesar de tener una población de unos 2,7 millones de personas.

New York

Muchos deben haber considerado sorpresivo el anuncio del vocero del Departamento de Policía de Nueva York, Paul Browne, quien recurrió a la estadística para afirmar que el pasado lunes fue el día más pacífico en la historia reciente de la ciudad.

Este día atípico llega al final de un año en el que la tasa de asesinatos de la ciudad está rumbo a alcanzar su punto más bajo desde 1960.

Nueva York empezó a revertir su fama de ciudad violenta ya a finales de los años ochenta, con la aplicación de una política policial basada en la llamada teoría de las Ventanas Rotas, que llevó a las autoridades a combatir con dureza incluso los delitos de poca importancia.

Sin embargo, en la aplicación de esa política de cero tolerancia, algunos acusan a las policía de abusos de autoridad y graves atropellos a los derechos humanos de minorías, sobre todo negros y latinos.

Polémicas aparte, con seguridad la mayoría de los habitantes y visitantes de la llamada Gran Manzana tienen razones para para celebrar que Nueva York ya no sea la capital del crimen y la violencia.