Por: Jorge Baravalle
“Jo he vist Messi”. Así sería la actualización catalana del “Ho visto Maradona”, la frase llevada a la fama por los apasionados napolitanos. El argentino sigue dando muestras de su talento y complica cada vez más nuestro trabajo, al punto que el editor de un reconocido diario de Barcelona atinó a dejar en blanco su columna aduciendo que ya no hay palabras para describir las actuaciones épicas de “la Pulga”.
No quedan dudas que, de no mediar ninguna contingencia, Lionel Messi hará pedazos el récord del alemán Müller, como ya hizo con el de Pelé.
Pensé en definir a Messi como un país aparte. Pero le queda chico. Messi no es un país porque no tiene límites territoriales. Sobrepasa toda barrera, toda idiosincrasia, toda cultura. Hasta los brasileños tuvieron que rendirse a sus pies. Si hasta Neymar prefirió terminar con una guerra que nunca empezó y declarar que no llega ni a los talones de Lío.
Messi no es un país porque, asumámoslo argentinos, Messi es de todos, es del fútbol. Es el que genera que los árabes se olviden del petróleo y se concentren en el placer que significa ver a alguien que por momentos ni siquiera parece humano. Messi es el mundo. Hay un mundo Messi. Que no tiene límites, que no tiene techo, que puede superar todo aquello que cualquiera de nosotros puede imaginar. Vivamos ese mundo Messi porque es de todos. Respiremos el mundo Messi. El aire del fútbol seguirá puro mientras exista el mundo Messi. Gracias Pulga. Jo he vist Messi.