Varias semanas de tensión se vivieron tras las protestas sociales en Brasil. ¿Sus disparadores? El estancamiento económico, la corrupción y el aumento de la inflación. Un desencadenante importante fue el incremento del boleto del transporte público, que pasó de costar 3 a 3,20 reales, siendo el colectivo de San Pablo uno de los más caros del mundo.