Por: Mariana Lorenzo
Llevo tres años practicando esta disciplina y uno de formación como Instructora. Luego de este último año de sacrificios y, desde mi punto de vista, haber tomado la mejor decisión de mi vida, finalmente obtuve mi título de Instructora de Ashtanga Vinyasa Yoga.
A partir del momento en el que comencé a transitar este camino, me crucé con muchos Maestros: Mis Profes y también mis compañeros de viaje. Todos en el camino de aprender y enseñar. Todos siendo conscientes de que somos parte de algo más grande, de que la individualidad está sólo en el cuerpo físico, el “ropaje” que elegimos ponernos en esta vida.
A partir de ahora comienza una nueva aventura, porque cada línea de llegada es el comienzo de una nueva carrera. Este 2015 será un año para ahondar en la filosofía del Yoga, porque ¿para qué ser bueno, si se puede ser excelente? Aristóteles decía: “Somos lo que hacemos día a día; de modo que la excelencia no es un acto, sino un hábito”.
La búsqueda de excelencia depende de cada uno de nosotros. Ser mejor persona, cada día, es una elección. De eso se trata el libre albedrío que nos fue otorgado a todos los Seres Humanos. Yo elijo ser mejor y busco herramientas y conocimiento que me hagan crecer, para poder ofrecerme a otros de la manera más óptima posible. Un buen Instructor nunca deja de ser alumno y reconoce que siempre tendrá algo más que aprender.
A todos mis compañeros de curso les agradezco la compañía en el camino de aprender a ser guía de otros, las risas, las dudas, los miedos y los ajustes dados y ofrecidos en cada una de nuestras prácticas.
A mis Profes les agradezco la paciencia y el amor que ponen es su profesión, esa con la que enseñaron y corrigieron durante todo el año. Les agradezco la humildad que me transmitieron, la misma que transmitiré a mis alumnos. Ale, Marian, Manu, Rocío, Lisandro: Gracias infinitas.
Para aquél que hoy es alumno o quizás futuro alumno de Ashtanga Vinyasa Yoga se me ocurrió encontrar la similitud emocional de lo que significa para nosotros, los Instructores, asistirlos en su camino a encontrarse.
Para que se den una idea, es como cuando una mamá/un papá, ayuda a su hijo cuando está aprendiendo a caminar.
Asistir a un alumno es similar a ese maravilloso momento. Llegará el día en que el alumno camine solo y nos tocará verlo crecer y hasta ser mejor que uno. La misma emoción y orgullo que siente un padre/madre al ver crecer a sus hijos. Uno no les enseña nada, simplemente los ayuda a encontrarse.
Para ir cerrando el post de hoy, sólo les quiero dejar un tip que jamás falla: Encuentren su razón de Ser, busquen, prueben, anímense. Quizás con miedos y dudas, pero decididos. Nunca dejen de buscar, y cuando la encuentren, explótenla, expándanla, aliméntenla, expláyenla. Que salga por cada poro de la piel. Cuando uno encontró su razón de Ser, el Universo acomoda lo demás para que todo fluya.
“En este lugar no perdemos demasiado tiempo mirando hacia atrás. Camina hacia el futuro, abriendo nuevas puertas y probando cosas nuevas, sé curioso… porque nuestra curiosidad siempre nos conduce por nuevos caminos.” Walt Disney
Importante: Todas las asanas deben aprenderse con la guía de un Instructor calificado.