Por: Mariana Lorenzo
En el post de hoy veremos una postura que aún me cuesta armar. Entrar de forma fluida en Kurmasana y luego pasar a Supta Kurmasana, también conocida como la postura de la tortuga, parece ser por el momento imposible. Pero ya lo dice el slogan de Nike: “nada es imposible”. Y de hecho las limitaciones son cuestiones de la mente.
Kurmasana se ve desde afuera como si fuera una tortuga con las patas fuera del caparazón y Supta Kurmasana representa a la tortuga al dormir, cuando se mete dentro del caparazón. No sé si la tortuga duerme cómoda, pero a mí me cuesta un montón. Luego de pasar por la dificultad de armarla, puedo encontrar un punto en el que me siento cómoda, aun cuando no haya logrado la perfección (física) del asana. Sri Pattabhi Jois decía: Cuando la mente está tranquila, la postura es perfecta. Y a eso apunto. A encontrar esos instantes de calma mental, sé que el resto se acomodará con el tiempo.
“La leyenda dice que una vez todos los devas o semidioses estaban bajo una maldición que les hizo débiles. Entonces fueron a preguntar a Brahma (el Creador, en hinduismo), que les aconsejó que tomaran el Amrit o el elixir de la vida para escapar del embrujo y recuperar su fortaleza. Pero el Amrit sólo se podía conseguir batiendo el océano cósmico de leche, tarea nada fácil. Para eso, a Vishnu se le ocurrió que podían utilizar el Monte Meru (morada de los dioses, en los Himalayas) como batidor. Utilizaron a Vasuki (la serpiente mítica) como bobina. Los dioses sujetaron la serpiente por la cola, mientras las deidades la sujetaban por la cabeza, y empezaron a batir. Así se produjo una gran agitación que amenazaba con destruir los mundos (tierra, cielo e infierno).
Fue entonces cuando Vishnu se encarnó como una gran tortuga, Kurma, y colocó el Monte Neru sobre sus espaldas, estabilizando la agitación y evitando el fin de los mundos.”
Esta postura es de gran importancia para un Yogui en su simbología. El Bhagavad Gita en el capítulo II, versículo 58 describe una de las cualidades de aquel que es de mente equilibrada y dice así: “Cuando, además, aparta sus sentidos de los objetos de sensación, como tortuga que encoge sus miembros en la caparazón, entonces, es de equilibrada mente”. En Kurmasana y Supta Kurmasana se debe poner toda la atención en armonizar y calmar la mente para encontrar la paz interior. Sin pausa pero sin prisa, como la tortuga.
Yoga Mala es el libro que escribió Pattabhi Jois y que dedico a todos los ashtangis y a todos los que nos introducimos en el mundo de Ashtanga. A modo de resumen, Yoga Mala se concentra en la primera serie de ashtanga (Yoga Chikitsa), empezando con los saludos al sol, las posturas fundamentales, todas las posturas de la primera serie y la secuencia final. A medida que habla de cada una de las posturas, Guruji nos hace el cómputo exacto de cada vinyasa, nos va diciendo el número de ese movimiento que acompaña con la inhalación y la exhalación. Yoga Mala dice: Kurmasana purifica el kanda o plexo nervioso en la región anal de la que todos los 72.000 nadis crecen. También purifica el corazón y los pulmones y elimina las dolencias causadas por un desequilibrio en el dosha kapha (flema). El pecho se expande, se disuelve la grasa mala, y la columna vertebral se vuelve fuerte. Alivia el dolor en el pecho debido al cansancio, mejora trastornos por mala alimentación, y la grasa en el abdomen inferior se disuelve, lo que permite que el cuerpo se sane.
Así es que tenemos todo el incentivo para practicar con paciencia y disciplina esta bellísima postura. Sus amplios beneficios no nos dejan bajar los brazos en el camino a redescubrir nuestra Presencia.
“Cada uno de nosotros necesita poner una cuidadosa atención a la dirección que estamos tomando, para que sepamos a dónde vamos y cómo vamos a llegar allá; esa cuidadosa observancia nos da la posibilidad de descubrir algo nuevo.” – El Corazón del Yoga – Desikachar