18. Facebookmanías

 

A los Oyentes de “El Colador Violeta”, programa de Radio Cipolletti 99.1 Mhz

 

Las redes sociales y en especial el Facebook poco a poco van transformando nuestras configuraciones vinculares, se viene reemplazando el timbre por la tecla y el cafecito por el “me gusta”. Hoy, en Argentina, cerca de veinte millones de usuarios tienen Facebook siendo uno de los países que más utiliza esta herramienta social. Continuar leyendo

17. Vacaciones en pareja

1)      Holidays on fire

Las vacaciones en pareja son definitorias. La pelotita ya picó en el borde de la red y el azar, el viento y el destino dirán para qué lado va a caer. Lo que decora al vínculo amoroso en vacaciones es el factor sorpresa, es decir encontrarte con cosas que no esperabas del otro: Está todo mal cuando el otro es egoísta, se corta solo y tiene un bajísimo nivel de tolerancia. Está todo bien cuando ese muchacho gris y encorvado que subió al micro con vos, con el correr de las horas se va transformando cromáticamente al azul, se le endereza la columna y pela un arroz con pollo que te deja de siesta. Continuar leyendo

15. Las peleas navideñas

Las bolas por el piso

Las navidades son la excusa para hacer circular los conflictos. La semana previa los vínculos familiares y amorosos son un hervidero. Dónde pasarla y con quién, es un tema crucial que suele generar algunas culpas y arrepentimientos. Afloran sentimientos cercanos a la traición y al fraude donde las familias más tradicionales no perdonan una ausencia y entienden a la reunión del clan como una toma de rehenes. Sólo con decisiones salomónicas pueden disfrutarse las fiestas a pleno. Los conflictos navideños, ante todo, son conflictos con uno mismo que hacen tambalear el arbolito haciéndolo caer y dejando todas las bolas desparramadas. Continuar leyendo

14. El histérico estafador

El macho cabrío que tira tiros para todos lados es un ser profundamente solo y abandónico. Necesita demostrar su posesión a través de la conquista y una vez, que se cerciora que el otro ya registró su trofeo, deja de interesarle. Vive para la foto, sonríe para la cámara pero siempre camina con una piedra en el zapato. Es el típico que termina cada frase diciendo: - ¡De verdad! Continuar leyendo

12. Las parejas pegoteadas

Lo tuyo es mío y viceversa

Respirar por los pulmones del otro puede ser muy peligroso. Las parejas que conforman un vínculo pegoteado sólo se conectan con el mundo a través del otro. Por eso cuando ese otro desaparece, la sensación de vacío es tan insoportable como el silencio que acude como respuesta a una pregunta urgente. El uno para el otro, la media naranja y toda esa sarta de frases hechas no hacen otra cosa que debilitar determinados vínculos. Buscar en el otro lo que me falta no es algo malo, la diferencia está en si se hace desde la necesidad o desde la carencia: una cosa es decir “yo necesito de vos tal cosa” y otra muy distinta es declamar “si vos no me das lo que yo no tengo me muero”. Continuar leyendo

11. La celosa empobrecida

El sexto sentido

A diferencia del caballero, es raro que una mujer sea celosa porque sí. Los celos de la mujer tienen siempre un fundamento, aunque muchas veces no comprobado, pero fundamento al fin. En el anterior post sobre El celoso papafrita, decíamos que el hombre, la mayoría de las veces queda pagando. Busca donde no hay y escucha lo que no se dijo, en cambio en el caso de la mujer pasa todo lo contrario, es raro que quede pagando, sus celos devienen de algún motivo. El sexto sentido, en general, se usa para estos casos. Continuar leyendo

10. Chamuyo mata zapán

El cuerpo es invisible

Al final uno se termina enamorando de todo, menos del cuerpo. La belleza, como todo lo bello, con el tiempo tiende a desaparecer. En la medida que vamos internalizando al otro, éste desaparece como objeto para transformarse en sujeto. Es decir, lo que en un principio fue fascinación termina convirtiéndose en algo natural. El amor es lo que viene después del cuerpo. Continuar leyendo

9. Al final sos una histérica

A muchas mujeres les cuesta reconocerse como histéricas

Simplemente prueben, promediando una conversación, decirle a una mujer: “al final sos una histérica”. Verán que en el 92% de los casos la primera reacción es negar la afirmación enunciada. Yo no sé qué entiende una mujer por ser histérica pero seguramente dista mucho de lo que realmente es. Tal vez lo considere un insulto o un menosprecio inoportuno. Continuar leyendo