Por: Nicolás Gilardi
Ya sabemos como termina la frase, que fue entonada de manera amenazadora después de otro domingo con un final triste. Un epílogo de caras largas por el cómo, por la falta de fútbol y otra vez con una actitud displicente en muchos futbolistas….
Recién en los últimos minutos del empate con Estudiantes el equipo se llevó por delante al rival, empujado por la gente y con más entusiasmo que fútbol. Pero tampoco alcanzó y ya llevamos cuatro partidos sin sumar de a tres…
Dentro de este panorama poco alentador, me había llamado la atención que el blanco de los insultos y las reprobaciones había sido hasta acá Julio Falcioni, mientras que los futbolistas habían cosechado aplausos, pese a sus pálidos rendimientos. La cosa empezó a cambiar un poco en Córdoba, pero terminó de definirse el domingo en la Bombonera, cuando muchos no bancaron más la displicencia y pidieron más actitud.
Así fue que el playón, donde paran los micros al lado de la cancha, apareció colmado y en ebullición, recordando que se viene River y todo lo que significa. Si miramos los números, no es grande la distancia que nos separa de Newell´s y los rosarinos tienen que venir a la Bombonera. Pero nuestro presente nos lleva inexorablemente a ponernos como meta el superclásico, para después en todo caso renovar tímidamente la ilusión.
Dejando de lado el corazón y haciendo un análisis más frío, tanto Boca como River son equipos que están jugando a esperar al rival, para aprovechar el contragolpe. Ambos se sienten más cómodos cuando son atacados. Si a esto le sumamos las urgencias por los pálidos presentes, de ahí a un empate cerrado y con la pelota parada definiendo el encuentro, hay un corto trecho.
La experiencia de poner dos juveniles, Paredes y “Pol” Fernández, pareció no rendir frutos ante el “Pincha”. ¿Será la hora de volver al 4-4-2 con Sánchez Miño o Colazo y Rivero por las bandas? La respuesta la tendrá Falcioni, que se fue otra vez sin hablar y no lo hará al menos hasta después del domingo, pero la canción ya la conocemos… “el domingo cueste lo que cueste…”
Para el final, me pregunto, ¿cuánto vale Rodrigo Braña? Es el jugador ideal para el medio de Boca.