Por: Nicolás Gilardi
Podemos llegar a los tumbos, dejando dudas y lejos del buen juego, pero todos sabemos muy bien que en la Copa, Boca es Boca. Quedó demostrado en el respeto que el actual campeón dela Libertadores nos tuvo en ambos partidos.
Corinthians nos respetó en la Bombonera, no se descuidó en el primer tiempo del Pacaembú y recién en el segundo tiempo del partido jugado en Brasil nos arrinconó, presa de la desesperación. La ida la ganamos sin atenuantes y allá sufrimos un poco en el segundo tiempo, pero son partidos de 180 minutos y en la general fuimos justos ganadores. Los futbolistas enfrentaron ambos juegos como si fuesen finales, con mucha garra y concentración.
A la hora de que te toque un rival en la Libertadores, no creo que nadie se ponga contento cuando en la planilla dice “Boca”, más allá de que vengamos mal o de cómo estemos jugando.
Seguramente, algunos van a hablar del gol increíble que erró Pato, de la suerte o del árbitro. ¿Habrán visto el gol que se perdió Blandi? ¿O los penales que nos vienen cobrando en contra? Vean el de Pezzotta contra San Lorenzo. El fútbol te da y te quita por igual en ese sentido.
Un párrafo aparte para Román. Más allá de su condición física, sigue siendo el as de espadas enla Copa. Con su centro-tiro al arco nos dio tranquilidad, le metió toda la presión al Corinthians y cambió la historia del partido. Mientras aguantó, en ese primer tiempo, generó cuatro o cinco faltas para tener la pelota lejos del arco de Orion.
Hoy quedó demostrado una vez más la importancia del gol de visitante. Ahora se viene Newell´s, el mejor equipo del fútbol argentino. Va a ser difícil, pero definimos otra vez fuera de casa, como más nos gusta. Serán dos partidos para el infarto. De la llave es muy probable que salga un finalista…
Saludos al padre de Erviti y nos vemos la próxima.