Por: Nicolás Gilardi
…caímos en el Coloso en un partido y una definición que habrá infartado a más de uno…Por lo hecho en los 180 minutos, nada para objetar. La única mancha, la infantil expulsión de Clemente que llegó en el mejor momento del equipo…
Después del juego de ida, donde contamos con las situaciones más claras y logramos el objetivo de mantener la valla invicta, llegamos a la revancha en Rosario, donde otra vez tuvimos las dos situaciones de riesgo que hubo en el partido. Newell´s, que tuvo la pelota la mayor parte del encuentro, solo pudo poner en peligro el arco de Orion con un remate que se desvió en un defensor en los últimos minutos.
La roja a Clemente fue el minuto fatal que vivimos. Del increíble cabezazo al palo de Blandi pasamos a jugar con un hombre menos…Clemente, un hombre con mucha experiencia y varias batallas en el lomo, no puede cometer semejante error. Los nervios y las revoluciones le jugaron una mala pasada, pero más allá de eso, condicionó el resto de partido.
De los penales no podemos decir nada. En la mayoría de las veces que nos tocó pasar por esas situaciones, la definición desde los 12 pasos nos hizo sonreir. Esta vez no se pudo y la extensión de la serie (¡26 penales!) puso realmente a prueba la fortaleza de nuestros corazones.
Termina el semestre y solo seguimos con vida en la Copa Argentina. Más allá de una Copa Libertadores inobjetable -si tomamos en cuenta las series decisivas ante Corinthians y Newell´s, donde fuimos superiores en ambas- el balance de la primera parte del año es negativo. Creo que hay equipo y plantel para haber hecho algo más decoroso en el torneo Final. El desafío ahora es pelear el próximo torneo. Es una obligación.
Por último quería decir que noté que algunos seguidores de un equipo “grande” de la Provincia de Buenos Aires festejaron la caída de Boca en el estadio Marcelo Bielsa. ¿Vieron el partido con el control remoto en una mano y la calculadora en la otra? Chau, nos vemos la próxima, felicidades.