Por: Nicolás Gilardi
Una noche fría de Día del Padre (¿nos saludaron los primos?) mostró a Román paseando su talento futbolístico una vez más en el césped de la Bombonera…
El dato no debería llamar la atención, de no ser por los cuestionamientos que el “10″ recibe habitualmente. Sabemos que Riquelme es de aquellos jugadores que despiertan amor y odio por igual. Pero el domingo, no hubo lugar para sentimientos adversos. Caños, habilitaciones y un derechazo de emboquillada, que de no ser por el manotazo de Campestrini, hubiese sido un golazo.
Hay que destacar también que Román mantuvo el ritmo los 90 minutos, pese a la cancha pesada por la lluvia, e incluso lo mejor de su repertorio llegó en los últimos minutos del juego contra Arsenal.
En cuanto al gol anulado a Furch en el final del primer tiempo, si bien el asistente cobró fuera de juego (que no era), la pelota se le había ido a Lugüercio cuando lanzó el centro. Igual podemos hablar de los arbitrajes, total tuvimos récord de penales y tarjetas rojas en contra. Hay tela para cortar ahí…
Sobre la defensa, podemos decir que hubo menos desacoples que en otros partidos, aunque está claro que un nombre de primer nivel (Cata Díaz) es necesario para el próximo semestre, donde hay que cambiar radicalmente esta primera parte de 2013, que quedará en el olvido.
Ahora se viene All Boys por Copa Argentina. Todos los cañones deben apuntar al certamen más federal del país, tomando en cuenta que el título otorga una plaza para la Copa Libertadores.
Para el final, muy buena la bandera que apareció en la cancha el domingo: “Se acabaron las mentiras, CABJ el único grande del país”. Hasta la próxima.