Por: Romina Boyadjian
Los germanos son una de las culturas que, al migrar hacia Latinoamérica, lograron establecerse y fundar colonias, pueblos y hasta ciudades, donde conservan sus tradiciones hasta hoy.
Esto no ocurrió con todas las culturas migrantes. Pero los alemanes lograron instalar una pequeña Alemania en cada país de la región. Esto se debe quizás a que poseen una cultura muy fuerte y organizada, que les ha permitido reproducirse lejos de casa, manteniendo sus costumbres.
Lo mejor es que nosotros podemos disfrutar de un encuentro con esta maravillosa cultura con solo viajar algunos kilómetros.
Enclavada en medio de las sierras del Valle de Calamuchita, en la provincia de Córdoba, se encuentra Villa General Belgrano, un pueblo fundado por inmigrantes germanos a principios de la década del treinta.
Fue poblado principalmente por familias alemanas, pero también se asentaron suizos y austríacos. Todos hicieron de Villa General Belgrano un referente arquitectónico y turístico de Argentina.
El pueblo se asemeja a una aldea alpina de estilo centroeuropeo. Su arquitectura incluye techos a dos aguas, tejados rojos, balcones y ornamentos de madera. Para conservar el estilo, las nuevas construcciones están obligadas a respetarlo.
Las comidas
Más allá del pintoresco paisaje, muchos visitantes se acercan para probar la gastronomía típica. Schwarzbrot (el pan negro alemán), los clásicos embutidos, el leberwurst y el apfelstrudel y el strudel de manzana, son algunos ejemplos.
Algunas recetas fueron adaptadas al clima y el gusto local, como la torta selva negra, que lleva un bizcochuelo de chocolate, crema y guindas. La preparación tradicional utilizaba crema sin azúcar, pero al paladar argentino parecen gustarles los sabores más dulces, por eso hoy se incluye azúcar en la receta.
Otro clásico plato centroeuropeo es el goulash mit spätzle, compuesto por trocitos de carne acompañados por una pasta alemana. La salsa lleva una gran cantidad de pimentón, debido al clima frío de Europa, pero en el Valle de Calamuchita, donde el clima es más bien cálido, el picante hacía imposible comerlo, por lo que se empezó a usar en menor cantidad.
Las fiestas
Aquí además se celebran algunas festividades tradicionales, donde los pobladores festejan junto a grandes oleadas de turistas que se acercan para vivir la experiencia.
La más conocida es el Oktoberfest, la Fiesta Nacional de la Cerveza, de la que participan delegaciones de colectividades de todo el país para mostrar sus danzas, músicas y trajes típicos.
Esta fiesta se celebra desde 1964 durante el primer y el segundo fin de semana de octubre, en consonancia con el momento en el que se realiza la cosecha de cebada en Alemania. Se desarrolla en un predio cervecero donde se puede degustar la cerveza artesanal de la villa y de diferentes marcas nacionales e internacionales al ritmo de la música germana.
El Espiche es el momento más esperado de la fiesta. Significa herida en el vientre y es la manera de describir la apertura de un gran barril ubicado sobre el escenario, que provoca una catarata de cerveza sobre el público.
Otra de las grandes celebraciones es la Fiesta Nacional de la Masa Vienesa, que se realiza a comienzos del otoño, en semana santa. Se recrean tradiciones centroeuropeas como la búsqueda de huevos de Pascua escondidos por la Coneja de Pascua, el desfile de farolitos de los niños del pueblo, la reproducción de vía crucis hacia el Cristo Grande (una escultura de Cristo crucificado ubicada a unos kilómetros del pueblo), conciertos y degustación de repostería.