Por: Fernanda Bolagay
En estos días en los que la tremenda inundación ha dejado a tanta gente en un estado tremendamente difícil, escuchamos hablar de temas como “previsión” y “prevención”. Porque siempre y en cualquier ámbito, todo lo que nos pasa es producto de decisiones u omisiones que hemos tomado en el pasado. ¿Cuántas veces escuchamos decir a nuestras madres “yo te lo advertí, y te lo dije”. Incluso a nuestras parejas o amigos les resulta tentador, al vernos tropezar, lanzar ese tipo de comentarios del estilo de “¡cuántas veces te lo dijimos y no nos escuchaste!”.
De la misma manera, hoy en los medios se “echan culpas” y se cruzan discursos políticos para ver quién tuvo la culpa. ¿Por qué son tan tentadoras esta clase de discusiones? Porque es fácil juzgar desde afuera, porque es fácil quejarnos cuando ya las cartas están echadas.
Claro que es más difícil “hacerse cargo” desde el principio, antes de que la cosa “arda”, pero lo difícil nos acerca a resultados tangibles y positivos. En cambio, cuando evitamos las soluciones y nos movemos por la vida en base a decisiones “paliativas” y “momentáneas”, la realidad luego se torna poco agradable.
Como siempre, cada hecho es una oportunidad para la reflexión. Yo te invito hoy a que pienses ¿en qué otros ámbitos de la vida debés “tomar cartas sobre el asunto? ¿en qué otros contextos necesitás planificar y anticipar posibles problemas?
Comenzá hoy: sólo de vos depende cambiar el futuro previsible.