Para un cuidado íntegro de nuestras plantas, debemos estar al tanto de las principales plagas que suelen atacar las plantas de jardín e interior en nuestros hogares.
A nadie le gusta encontrarse en la situación en la que una especie de organismo provoca un daño a una planta y es por esto que debemos conocer a los posibles “visitantes” y los métodos para tratarlos. Hoy veremos el tratamiento de pulgones y hormigas, con la intención de reconocerlos, expulsarlos sin matarlos y sin lastimar a la planta con productos tóxicos.
¡Con las patas en la masa! Hormiga en acción.
LOS PULGONES
Estos pequeños invasores son los principales actores de este post. Son pequeños insectos inferiores a 5 mm. de tamaño, de variados colores y forma algo ovalada. Es fácil de reconocerlas a partir de una melaza que dejan, como una sustancia azucarada, la cual es aprovechada por hormigas a veces. Suelen aparecer en grupos grandes en las formaciones de nuevos tallos u hojas, ya que les gusta lo tiernito. Lo ideal es no dejarlas crecer y tratarlas rápido ya que se reproducen pronto. Se alimentan de la savia por medio de la succión debilitando la planta de a poco.
¿Cómo ahuyentarlas? Ante todo, traten de sacar las partes afectadas y tirarlas lejos de las plantas o en una bolsa. Si la planta está muy afectada, hacer una poda moderada para que pueda rebrotar con fuerza. Para ahuyentarlos los remedios caseros son abundantes, en principio se puede rociar la planta con agua y jabón neutro. Para hacerlo más efectivo, a esa agua jabonosa le podemos agregar alcohol de farmacia y unos dientes de ajo macerados 12 horas. ¿Más efectivo todavía? Tabaco macerado (equivalente a 3 o 4 cigarros) en un litro de agua, luego filtrado y a rociar. En el caso que hagan un macerado para rociar las plantas afectadas, aconsejo también aplicarlo a las plantas cercanas a modo de prevención. Al ser tratamiento ecológico, no las vamos a lastimar.
Estos remedios caseras también sirven para la cochinilla.
Extra: un controlador natural es la vaquita de San Antonio.
Pulgones en el rosal, en plena succión.
LAS HORMIGAS
No me gusta ver como lentamente una colonia de hormigas se alimenta de una planta y acaba con ella. Trabajan en comunidad, son muy laboriosas y muy insistentes. Se mueven de noche y se mudan sin mucha queja, pero siempre trabajan.
Las hormigas rojas pequeñas no son un peligro para nuestros jardines y huertas, ellas son carnívoras e inclusive se alimentan de algunas plagas cuando no tienen otro alimento.
Las hormigas negras sí son un gran peligro y pueden acabar con una planta en poco tiempo. Es importante saber que las hormigas no se alimentan de las planta directamente, sino que muerden sus hojas, las llevan al hormiguero donde se descomponen y forman hongos, los cuales son su verdadero alimento. Entonces lo que debemos hacer es distraer a las hormigas de nuestras plantas, o bien intervenir en el proceso de formación de hongos, para que no tengan de qué alimentarse y deban mudar su colonia.
¿Cómo ahuyentarlas? Hay muchísimas formas, es cuestión de probar. Para empezar, se puede dejar un poco de cáscara de naranja en un rincón cercano al hormiguero para que se alimenten con eso (les encanta) y dejen en paz a nuestras plantas. Luego podemos buscar el camino que forman, y dejar arroz molido. Ellas la llevarán al hormiguero y provocará una fermentación que acaba con los hongos y su comida. Otra técnica que las aleja de las plantas es rociar las plantas afectadas con un preparado de agua y algunos de los siguientes ingredientes que las hormigas no toleran: lavanda (100gr/1lt), ruda, albahaca, menta, ajenjo, ajo (4 dientes grandes/1lt), cebolla, hojas de roble, fruto del árbol Paraíso (un puñado grande/1lt durante una semana) y limón. ¡Con lo que tengan a disposición, generar un macerado y rociar plantas afectadas y caminos de hormigas! Recuerden que ellas suelen trabajar de noche, ahí es el mejor momento para encontrar los caminos.
Típico ataque de hormigas en hojas: de afuera hacia adentro.
Espero que puedan entender la importancia de cuidar las plantas de las plagas, y de hacerlo de una manera ecológica sin dañar a los insectos, a las plantas y principalmente el suelo y el agua. De a poco podremos comprender que las “plagas” son parte del ecosistema en el que vivimos, y que mejor que atacarlos con productos químicos es ver la manera de poder convivir sin que nos perjudiquen, de manera controlada.