Por: Mariano Marquevich
Antes que caiga sobre este hidalgo escritor una avalancha de reproches y cuestionamientos como respuesta a la polémica frase del titulo, quisiera que consideren una cuestión fundamental. La felicidad es un resultado de muchos procesos que la desencadenan. Esta nota no está referida a la felicidad en cuanto a resultado, sino a todo aquello que la provoca. Y en ese aspecto, nos vamos a centrar en las acciones posibles. Que son aquellas cosas que nosotros sí podemos manejar.
Y daremos un paso más. De las acciones posibles… vamos a ir a las mas cercanas. Y de las mas cercanas, haremos zoom a las mas inmediatas. Y vamos a volver a hacer zoom, hasta quedarnos con aquellas que tenemos que hacer ahora mismo, por más mínimas e insignificantes que estas fueran.
Ejemplos:
Estas manejando en auto de Buenos Aires a Mar del Plata. A más de la mitad del viaje, con 300 km ya recorridos entendes que tenes que volver a Buenos Aires porque te avisaron de imprevisto que tu mujer está por dar a luz a tu hijo. Cualquiera que analice la situación de modo precipitado llegará a la conclusión que lo que te resta hacer para conseguir el objetivo es arduo. Pero si en lugar de etiquetar la situación como si fuese un paquete entero donde están todos las acciones que tenés por delante le hicieras zoom. Entonces sí. Empiezo por soltar apenas la fuerza del pie sobre el pedal del acelerador (es fácil). Luego dirigir la atención que sólo usabas para avanzar, por la de esta pendiente de señales de te permitan el giro (es facil), cuando encuentras una vuelta en U podes girar el volante en lugar de mantenerlo derecho (es fácil).
Si te quisieras recibir en la universidad es falso que tenes que pasar cinco años yendo a clase. Es una abstracción. La realidad es que vas a tener que ir a clase un día, luego otro día, y así… solo tendrás que ir a clase una sola vez, las veces que te toque ir… Y es mentira también eso de leer un libro. Nunca nadie leyó un libro. Sino una oración y luego otra… (es fácil).
Prácticamente, no hay diferencias en hacer algo que te perjudique o hacer algo que te beneficie. Es una cuestión de perspectiva.
El conflicto se establece cuando queremos comparar de manera persistente nuestra situación actual con aquella que deseamos. Pero si nos enfocamos en aquellas pequeñas cosas que nos tocan hacer -sin ese maldito espejo comparativo- llegaremos a la conclusión que son pocas (porque en ESE momento no son millones de posibilidades las que podemos llevar a cabo, sino algunas pocas) y fáciles (la diferencia entre hacer esa u otra que me aleje del objetivo, no difiere prácticamente en nada en cuanto a su nivel de dificultad).
Si en lugar de pensar que tengo que escribir una nota, y estar pendiente de todo lo que me falta, voy escribiendo letra por letra aquellas oraciones que me conducen a definir lo que quiero decir, estaría pasando, e x a c t a m e n t e esto que estas leyendo. Entonces… demos ahora el paso final para entender el título polémico de la nota.
Pregunta:
- Si una pared esta hecha de billones y billones de partículas de yeso, ¿de qué material dirías que esta hecha?
- De yeso
- Y si algo esta hecho de un montón de cosas fáciles de hacer ¿qué dirías?
- Que es facil…
Si lo llevamos a cabo, podremos cambiar el “si, se puede…” Por el “¡Si se puede!”
Viste que es fácil… (hace zoom: en este caso fue todavía más fácil porque solo tuve que agregarle a la frase dos signos de puntuación en lugar de cuatro).
Si les gustó y quieren seguir un paso más les recomiendo hacerlo con un click. (¡ven que es fácil!) Link: Una Ley inexplicable
por Mariano Marquevich
Psicólogo y novelista
@llavemaestraok