A Xabier Pérez (País Vaco, 1984) le alertaron en Europa que la Ciudad de México era un campo de guerra, un entorno hostil y muy peligroso si pensaba radicar en ella, por eso se puso a trabajar en una plataforma virtual que guiara a los extranjeros o visitantes por los lugares no-violentos o sin altos índices de robos o secuestros. Así fue como construyó SureDF, una página basada en la realidad aumentada con datos oficiales proporcionados por la Secretaría de Seguridad Pública capitalina y la Procuraduría de Justicia local en 2010 y que terminó en septiembre de 2011.
Homeless buscan campeonato mundial de futbol
Una pequeña babel de futbolistas en situación de calle llegó a la ciudad de México a buscar el campeonato de la Homeless World Cup, que por primera vez se realiza en México con representantes de 52 países. Sobre el pavimento escurre el sudor, la alegría y el ánimo impulsado desde las gradas por los brasileños, argentino y mexicanos. Daneses e ingleses observan el ambiente, de fondo, la catedral se levanta sobre un cielo despejado.
Le crece edificio a un árbol
Casa Barragán. Arquitectura metafísica
Fotos: @urbanitas
La Casa Barragán es uno de los lugares obligados a conocer en la ciudad de México; la obra de Luis Barragán (Jalisco, 1902-DF, 1988) se comenzó a construir en 1948 y no sólo es importante por que fue proyectada por uno de los arquitectos más importantes mexicanos sino porque en sí misma es un sofisticado artilugio erigido en la calle General Francisco Ramírez, donde se disuelve con el ambiente de barrio de la colonia Ampliación Daniel Garza, a un costado de la Segunda Sección del Bosque de Chapultepec.
Catalogada por la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) en 2004 como patrimonio mundial la Casa Barragán es una máquina de símbolos que activan sólo en el momento en que alguien la recorre por sus recámaras de colores pastel o muros color violeta junto a un cuadro que sólo es una placa de oro que al final termina siendo un espejo. Los libros, muebles, fotografías, el jardín y los iconos religiosos son los objetos que permanecen en el mismo lugar en como los dejó hasta su muerte en 1988 y que ayudan a comprender la mente de este artista que mezcló lo moderno y lo regional en sus obras arquitectónicas.
En México trabajó con Mathias Goeritz, Chucho Reyes y Pedro Coronel, además de que se dejó influir por Diego Rivera, José Clemente Orozco y Gerardo Murillo (Dr. Atl). Sus primeras influencias tienen origen en un viaje que hizo a Europa entre 1924 y 1926, donde conoció el International Style, la Alhambra de Granada y las construcciones de los pueblos griegos. Tiempo después conoció a Le Corbusier y Ferdinand Bac, quienes marcaron su trabajo. La Casa Barragán, la Casa Guilardi, y la traza del Pedregal forman parte de una ruta imaginaria dentro de la metrópoli que artistas, arquitectos y especialistas recorren para conocer esa ciudad que pensó y heredó.
En esta ciudad ¿ya no caben los cineclubes?
En el palimpsesto urbano de la ciudad de México surgen y desaparecen espacios sucesivamente. El séptimo arte y las salas de proyección han estado desde sus inicios muy vinculados con la vida social y cultural de las metrópolis. Por la ciudad de México han pasado una larga lista de cines que ahora forman parte de la arqueología urbana y de los cuales sólo investigadores rescatan del pasado como: El Salón Rojo, el Autocinema Lomas, cine Progreso Mundial, Cine Isabel, Cine Buen Tono, Cine Encanto, Cine Prado, Cine Latino, Cine Orfeón, Cine Apolo, Cine Odeón, Soto, Cine Morelos, cine Capitolio, Majestic, Cine Mixcoac, Real Cinema, Cine Ópera y muchos otros que ya no existen.
Anonimato, muchedumbre, ¿cómo viajar por la ciudad?
No sé ustedes, pero yo tengo pánico a manejar en la ciudad. Casi terror. Siento que si me pongo atrás del volante voy a convertirme en un histérico que le aventará el carro a los demás, que chocará contra los que rebasan de forma abusiva, que me bajaría a liarme a golpes con todos los que te mientan la madre en el camino y los transeúntes que se cruzan la calle cuando tienen el semáforo en rojo; contra los policías que sólo buscan extorsionarte y los grulleros que como hienas quieren darte una lección de “civilidad” a cambio de mil pesos. Abróchate el cinturón, pon la direccional, acelera, estaciónate bien, deja pasar, activa la alarma, ¿ya pagaste la mensualidad?, ¿cómo estás de gasolina?, ¿derecha o izquierda?, “permítame su tarjeta de circulación”. No lo puedo resistir.