Por: Francisco Almeida
“Que tu medicina sea tu alimento, y el alimento tu medicina.”
Hipócrates – Filosofo griego (460 A.C – 370 A.C)
“Somos lo que comemos” si estamos comiendo comida chatarra tarde o temprano nuestro cuerpo nos pasará factura.
Cambiar y mejorar nuestra forma de vincularnos con el alimento es una acción que debemos emprender tarde o temprano.
Que tan seguido te preguntas ¿qué estás comiendo? Y… ¿de dónde viene?
En esta nota daremos 10 claves y consejos para comenzar a mejorar tu forma de alimentarte.
De todos modos deberás tener en cuenta que la supervisión de un médico o nutricionista siempre debe acompañar tus cambios alimenticios.
- TENER PACIENCIA.
La mejor manera de lograr el peso deseado y ganar en calidad de vida es adoptar una alimentación sana y balanceada.
Para esto es fundamental entender que no hay soluciones o dietas mágicas, sí mejoramos nuestra alimentación los resultados positivos serán contundentes a largo plazo.
¿Cuál es esta alimentación?
- Privilegiar los alimentos que vienen de la tierra en su gran mayoría (evitar los alimentos procesados, estos tienen grandes cantidades de químicos muy malos para nuestra salud)
-Moderar el consumo de carnes y sus derivados. Comer más pescado.
- Incorporar legumbres, cereales y frutos secos a nuestra dieta.
- ESCUCHAR AL CUERPO.
Parece una frase hecha, pero hay que lograr entender mejor las necesidades.
No crearnos falsa hambre o forzarnos a comer de menos cuando necesitamos recuperar energías.
3. IR MÁS A LA VERDULERIA.
¡Tener una verdulería por cuadra es una bendición!
Vayamos más seguido a estas embajadas de la salud, hay que volver a establecer una relación con el o la verdulera.
- RESPETAR LAS ESTACIONES.
Ir en busca de las frutas y verduras según su época. No solo vas a gastar menos si no que también tienen más sabor y su consumo favorece las economías regionales.
- NO HACER DIETAS MUY PROHIBITIVAS NI QUE NOS HAGAN SUFRIR.
No someterse a privaciones ni esfuerzos sobrehumanos que solo traen sufrimiento y angustia.
- MÁS ALIMENTOS CRUDOS Y MENOS PROCESADOS.
Sobre todo en frutas y verduras, la cocción y el calor suelen eliminar muchos nutrientes y vitaminas. Además, los alimentos procesados vienen acompañados de químicos y conservantes, grandes enemigos de la salud.
7.EL EQUILIBRIO ES LA CLAVE.
No privarnos de las cosas que nos gustan, pero entender que todo en su justa medida.
- MENOS HARINAS Y MENOS LÁCTEOS.
Es una realidad nutricional avalada científicamente que debemos moderar el consumo de estos alimentos.
Elegir las harinas integrales y disminuir el consumo de lácteos es un pequeño gran paso para mejorar nuestra calidad de vida.
- MOVER LAS CACHAS
Hay que mover el cuerpo, caminar, correr, practicar algún deporte, todo suma. La clave está en encontrar el ejercicio que nos guste hacer, para así transformarlo en un hábito.
10. COCINAR EN CASA.
Planificar nuestra alimentación, que cocinar en casa sea algo de todos los días y no un evento de una vez por semana.
Preparando nuestras propias comidas podemos saber todos los componentes de nuestro plato y hacer elecciones más saludables.
Por ejemplo, una masa de tarta casera, con harina integral, poco aceite y semillas, difiere mucho (no sólo en lo saludable sino también en calorías) de una masa de tarta de alguna rotisería, que suelen tener enormes cantidades de manteca y aceite, entre otros componentes que nos son invisibles a los ojos.