Biarritz: Ese no-sé-qué poético de Paco Ibáñez

#LíneaMaginot

BIARRITZ.- Subió al escenario vestido de negro. Zapatos negros, pantalón negro, camisa negra y el cabello blanco. Paco Ibáñez fue la más maravillosa sorpresa que me deparó el Festival de Biarritz.

PacoIbanez_LesSudsArles_SBarbier_SM_AD-1024x677No podré escribir mucho sobre él porque lo mío no es la música más que para escucharla y apreciarla pero no para hacer un cuento con ella. Sí puedo decir que Paco Ibáñez entró al escenario solo con su guitarra precedido por el poema “En tiempos de ignominia”, de José Agustín Goytisolo (hermano de Juan); puedo agregar que invitó a un guitarrista flamenco para una sección dedicada a Federico García Lorca, y puedo señalar finalmente que invitó a un acordeonista para hacer canciones populares vascas.

Esto sucedió el martes por la noche, cuando yo todavía arrastraba un resfrío que me había traído de regalo desde San Sebastián y todo era cansancio. Pero lo recuerdo bien porque fue una experiencia única. Y esta palabra no es dicha al azar porque Paco Ibáñez tiene 78 años y vaya a saber uno cuántos recitales encima y, sin embargo, aunque en lo profundo de mi ser supiera que cada una de sus palabras no eran estreno absoluto, yo sentía que él las decía por primera vez. Paco Ibáñez tiene, vamos a decir, el gran talento de hacerte sentir que es la primera vez que está contando y cantando lo que canta y cuenta y que lo está haciendo para vos.

Contó de cuando dio un recital (¿el primero?) en el teatro Olimpia y que su madre, sentada en la platea, dijo: “Estos no saben que gracias a mí están aquí”. Contó cuando Pablo Neruda en París, una vez que se cruzaron frente al ascensor en una radio, lo instó a cantar sus poemas porque “tu voz está hecha para mi poesía”. Contó de cuando el pintor Jesús Soto estaba escuchando Bartók y que tras (Paco) preguntarle “¿Y esto es música?”, Soto lo mandó a leer un libro sobre la escuela de Schoenberg. Contó, mientras intentaba afinar la guitarra una y otra vez, que un familiar esa tarde se la había desafinado. Contó de aquella vez cuando un grupo de mujeres le dijo que “Palabras para Julia” había sido muy importante para ellas, para resistir cuando la prisión las tiraba abajo, en sus años de presas políticas. Contó una anécdota sobre Atahualpa Yupanqui, una anécdota que quisiera transmitirles pero que, esta noche, aquí en Biarritz, parece que vuelve a mi cabeza pero se me escapa…

En la Gare du Midi, Paco Ibáñez cantó sus canciones para los poemas de siempre y las más nuevas, las que pertenecen al disco “Paco Ibáñez canta los poetas latinoamericanos”. Se olvidó algunas letras como yo me estoy olvidando ya algunas de sus anécdotas, cantó con esa voz apesadumbrada, habló en francés, en vasco, en castellano, en italiano, se fue agitado en el intervalo, volvió radiante para la segunda parte, nos hizo reír y escuchar y pensar y cantar. Yo no canté pero cantó el teatro entero, los mil cuatrocientos en las butacas. Y cantaron en francés, en vasco, en castellano. Se las sabian todas y le pedían todavía más. Y yo aquí, como por casualidad, porque en Buenos Aires jamás fui a verlo.

El Festival de Biarritz no es cine, es cultura. Es cine, música, literatura, artes plásticas. Es la ciudad y su público.

Aquí les dejo una canción. La grabación es del martes. No logré meter el video en el blog pero he pegado el link exitosamente (?).

Hagan de cuenta que están en la Gare du Midi y Paco canta para ustedes.

http://www.eitb.com/es/videos/detalle/1494682/paco-ibanez-festival-cine-latinoamericano-biarritz-2013/