En las últimas décadas se ha producido un crecimiento exponencial de la población mundial, junto con cambios en los modos de vida que han hecho, según diversos autores, obsoletas las categorías de análisis hasta ahora utilizadas. Por ejemplo, E. García-Espil afirma que el par dentro-fuera (de la ciudad) ha sido reemplazado por el conectado-desconectado, es decir, que ya no importa la localización sino la condición, el cómo estamos porque la condición urbana es accesible desde todos los sitios.
Las ciudades ya no constituyen áreas claramente delimitadas y separadas entre sí, sino que se unifican tanto en términos físicos como de flujos, adquiriendo características diferenciales de las históricas, constituyéndose en redes urbanas. Esto impacta a su vez sobre la escala de los fenómenos urbanos, en base a la cual se piensan el espacio público, la vivienda, los centros, el transporte, infraestructura y demás.
En este contexto han surgido una serie de categorías que muchas veces utilizamos sin conocer su significado técnico. Como ser aglomeración urbana, ciudad intermedia, metrópolis, ciudad metropolitana, área metropolitana, zona metropolitana, región metropolitana, megaciudad, megalópolis. Si bien sus definiciones varían según el autor, veremos algunas aproximaciones a dichos términos.