El cuento del Rey Desnudo que incluyó en su obra Hans Christian Andersen, más allá de hacernos reflexionar sobre las cuestiones que nos alejan de la verdad, también nos ofrece la oportunidad de pensar sobre los problemas de comunicación que tienen las organizaciones con su entorno y que las hacen estar muy expuestas.
Todas las personas nos vemos en muchas ocasiones influenciadas por lo que nos dice o no el entorno en el que nos movemos, por las historias que se nos contaron, los valores que se nos transmitieron. Claramente esta convergencia de factores condiciona nuestra perspectiva y a veces no nos deja ver más allá de estos “filtros”. Las organizaciones, como grupo de personas organizadas a un fin común, propósito, no escapan a esta realidad.
Toda organización es un ecosistema de relaciones, tanto internas como externas, y como toda relación se fortalece y desarrolla gracias a una buena comunicación. Para lograr esta comunicación de calidad, un elemento clave es lograr entender la perspectiva del otro.
Cada vez más organizaciones cuentan en sus comités de dirección, grupo central en el proceso de formación de decisiones estratégicas, con una persona dedicada al desarrollo y mantenimiento de la relación con los diferentes públicos de interés de la misma en forma sistemática. Por la propia dinámica y foco del responsable de este trabajo, esta persona tiene muchas veces la oportunidad de traer a la organización perspectivas o puntos de vista diferentes que, compartidos en las discusiones adecuadas, ayudan a la organización a evitar quedar como el “rey desnudo”.
Un buen ejercicio dentro del proceso de toma de decisiones es plantearse en forma abierta y sistemática si no hay algo “obvio” que se está ignorando y que de ser tomado en cuenta y trabajado pueda reasegurar el futuro de la organización. Para buscar esta perspectiva, es de gran ayuda el contacto directo con la realidad desde foros internos que se abran a la participación de referentes externos, y se exploren juntos las distintas problemáticas que hacen al día a día de la organización, pero que también logren la mirada y pensar en el mediano y largo plazo para lograr la sustentabilidad de la organización y de su relación con su ecosistema. Un ejemplo de esto son los comités de sustentabilidad que comienzan a tener algunas empresas.
Otra gran oportunidad es ir a la búsqueda del otro, tomar contacto con la realidad desde su perspectiva. El salir de ser el centro y acercarse al otro es un gran ejercicio para la organización y mejor aún si tiene como protagonistas a sus directores. Las visitas a mercado, el diálogo con el comercio, visitar hogares de los consumidores, conocer las plantas de los proveedores, o ver qué destino final tienen los envases de los productos que se comercializan luego de su consumo, son ejercicios altamente recomendados que permiten “vestir” a la organización con diferentes perspectivas.