Después de dejar atrás al equipo más parejo del campeonato, Vélez, el domingo dimos cuenta de otro candidato -Racing-, aunque esta vez no quedaron dudas del legítimo triunfo boquense. Parecían imágenes de algunos meses atrás: una defensa firme, presión y anticipo en la mitad de la cancha y contundencia en el ataque.
Un poco de alegría
Esa fue la sensación que dejó el domingo a la noche, un poco de alegría. Felicidad por haberle ganado al “gran candidato” en su cancha, por seguir firmes en el objetivo de clasificar a la próxima Copa Libertadores y por haber sumado tres partidos sin recibir goles…lo que no es poca cosa para este equipo!
Así no alcanza
Si bien se mejoró un poco en relación a la espantosa actuación ante Arsenal, que nos costó la primera Supercopa argentina, quedó claro también que sigue faltando mucho y que así no alcanza para mantener un poco de ilusión…
Un poco de frescura
Después de la pequeña alegría que nos trajimos del Monumental, con un agónico empate que quedará en el recuerdo, tuvimos otro motivo para festejar, dándole un empujoncito para abajo a San Lorenzo…
Vieron la camiseta
Me costó pensar el título. Primero iba a parafrasear al “Flaco” Schiavi e iba a poner “a lo Boca”, pero eso me pareció que estaba más asociado a la garra, al temple, al ir para adelante sin medir las consecuencias, al arrinconar al rival con fibra…pero no….
El domingo cueste lo que cueste…
Ya sabemos como termina la frase, que fue entonada de manera amenazadora después de otro domingo con un final triste. Un epílogo de caras largas por el cómo, por la falta de fútbol y otra vez con una actitud displicente en muchos futbolistas….
Finalizado
Esa parece la palabra exacta para definir el ciclo de Julio César Falcioni como entrenador de Boca. El desgano de varios jugadores -que el propio Angelici salió a poner sobre el tapete- la pérdida de identidad futbolística, la salida del mejor jugador de la historia del club (¿hay que aclarar que es Riquelme?) y las finales pérdidas de un modo inesperado dejaron al DT con un pie afuera…
Aquel técnico de la cara de “pocos amigos” que nunca se pudo meter en nuestro corazón, pero que supo sobrevivir en Boca a duros y variados golpes que hubiesen volteado a más de uno –sobre todo tomando en cuenta que no era alguien con historia en el club-, parece que está a punto de agotar su última vida en la ribera…