Sobre crianza hay mucho escrito. Trato de leer bastante, anotar cosas, discutirlas, pensarlas. Hay muchas teorías opuestas y complementarias, incluso algunas terminan siendo “adiestramientos” disfrazados.
Hoy mi hijo tiene 2 años y estas son sólo 10 pautas sobre crianza que suelo seguir porque me parecen interesantes (y porque me funcionan) y quiero compartir con ustedes.
1. Limitar el uso del NO. Como dice Carlos González, quien más autoridad tiene, menos prohíbe. Limitando el uso del “no” logro que sea más efectivo y me obligo a buscar otros recursos. Además, es una palabra demasiado abstracta para esta edad, por lo tanto bastante innecesaria en muchas ocasiones. Suele funcionar mucho mejor distraer que negar.
2. Dar más libertades y fomentar la autonomía. Darle libertad de movimientos y permitirle hacer cosas por sí mismo es algo que trato de fomentar desde sus primeros meses de vida. Si quieren conocer más sobre el tema les recomiendo leer a Emmi Pikler. Acá les dejo un video.
3. Hablar siempre con la verdad. Esto no siempre es fácil, y todavía a los 2 años no es tan tangible, pero estoy convencida de que los chicos necesitan que pongamos en palabras la realidad que los rodea. Aun cuando creemos que es demasiado dura o incomprensible.
4. Ponerme en su lugar: la empatía. “No hagas al otro lo que no te gusta que te hagan”. Tan simple como eso. Los métodos que no son aceptables entre adultos tampoco lo son para los chicos. Algo que desde mi mirada parece insignificante puede ser un mundo para mi hijo. Este es un pilar de la crianza que elijo para él.
5. Compartir más: hacerlo partícipe. Para los chicos es fundamental sentirse valorados. El sentido de pertenencia es uno de los fundamentos de una buena salud psicológica (por eso los castigos que apartan a los chicos también son desaconsejados). Con sólo 2 años a mi nene le gusta “ayudar” en la cocina, ordenar cosas o jugar con algunos elementos mientras los demás hacen sus tareas, compartiendo el mismo espacio.
6. No juzgar ni etiquetar. Como dice Dorothy C. Briggs, separemos el comportamiento (y los sentimientos) de la persona. Un mal comportamiento no significa un “nene malo”. Hay que buscar el origen de ese mal comportamiento (el sentimiento que lo provoca) y resolverlo. De este modo me enfoco en el futuro y no en el error pasado. También evito etiquetar: “es inquieto”, “es bueno”, “es sociable”. Todas estas etiquetas hacen que la gente se frustre cuando algo se sale del camino.
7. Hablarle siempre con respeto. Para ser una persona respetuosa, los chicos necesitan haber sido educados con respeto. Aun cuando esté en desacuerdo con su comportamiento o necesite “retarlo”, siempre me dirijo a él (y a todas las personas que me rodean) con respeto. No hay mejor modo de educar que el ejemplo, dicen, ¿no?
8. Demostrar cariño incondicional. Algunos pueden pensar que es una obviedad, pero sentirse amado (a pesar de todo) es otro de los pilares de una fuerte autoestima, la base fundante de una persona segura y feliz. El amor se demuestra de muchos modos, y tiene que estar presente aún cuando esté furiosamente enojada. Dice Rosa Jové “quiéreme cuando menos lo merezca porque será cuando más lo necesite”.
9. Promover la autorregulación (autodisciplina). Esto se logra con tiempo y paciencia, pero ya a esta corta edad puedo ver sus resultados y es algo muy inspirador. Les dejo este video de la psicóloga Yolanda González sobre la autorregulación.
10. Escuchar y ser flexible. Todavía más que escuchar lo mío es un observar. Conductas que podría tildar de caprichos de pronto cobran sentido si me detengo unos segundos a ver qué está pasando. El ritmo de vida muchas veces conspira contra esto, pero ser flexible y permitirme equivocarme y aprender cada día me da absoluta tranquilidad.
¿Qué piensan de estas 10 pautas? ¿Cuáles son sus criterios para criar?